Mostrando entradas con la etiqueta matrimonio. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta matrimonio. Mostrar todas las entradas

miércoles, 19 de junio de 2013

NOS CASAMOS MÁS ¡VIVAN LOS NOVIOS!



AUMENTAN POR PRIMERA VEZ LAS BODAS DESDE 2004

El número de personas que opta por casarse en España ha aumentado por primera vez desde 2004, y en 2012, 168.834 parejas contrajeron matrimonio, el 3,4% más que un año antes y, de ellos, el 2,3% (3.834) fueron parejas del mismo sexo. Según explica el INE, el aumento sólo se produce en matrimonios civiles, que aumentan un 8,7%, lo que refleja que hubo 3,6 matrimonios por cada mil habitantes.





La edad media del matrimonio mantuvo su tendencia creciente y se sitúa en 36,2 años para los hombres y en 33 para las mujeres, aunque si sólo se tienen en cuenta los datos de la primera vez que se contrae matrimonio, la edad media es de 33,8 años para los varones y de 31,6 en las mujeres.

En el 17,8% de los matrimonios entre personas de distinto sexo, al menos uno de ellos era extranjero, un porcentaje que se redujo casi en dos puntos al de un año antes.


Fuente:Antena3.es

lunes, 10 de septiembre de 2012

LAS BODAS POR LA IGLESIA CAEN EN PICADO

Casarse por la Iglesia en España empieza a ser casi una rareza. Seis de cada diez bodas que se celebran en el país ya son civiles y el descenso de los enlaces canónicos es tan acelerado que nadie se atreve a pronosticar dónde puede terminar. De hecho, hasta 2009 fueron mayoría. Ese año, la Iglesia vio cómo caía el penúltimo bastión que resistía ante el acelerado proceso de secularización vivido en el país -solo quedan los funerales- y las parejas que optaron por formalizar su relación en juzgados y ayuntamientos fueron más que las que pasaron por la vicaría. Era el resultado de un proceso de desgaste que es mayor mes a mes como prueban las cifras: en 1991, las bodas civiles apenas superaban el 20%. Diez años más tarde, pasaban algo del 26%. En 2011 rozaron el 60% al sumar 97.666, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
¿Qué está pasando para que en una década los matrimonios por la Iglesia hayan caído de 152.000 a 62.000? En primer lugar, se ha producido una reducción general del número de enlaces. Hasta época bien reciente, la cifra se mantenía más o menos estable en 200.000 bodas al año. El ejercicio anterior se cerró con apenas 163.000. Sin embargo, las bodas civiles no paran de crecer, aunque en los últimos años sea de forma muy modesta. Casi se han doblado desde 2000, cuando apenas representaban una tercera parte de las religiosas.
Jóvenes ajenos a la Iglesia
Parece, por tanto, que aún teniendo su influencia el rechazo creciente a formalizar las relaciones de pareja, las razones más poderosas son otras. Y la fundamental de todas ellas, según los especialistas, es que ha llegado a la edad de contraer matrimonio la primera generación de españoles que ha vivido completamente inmersa en el proceso de secularización que se inició en la segunda mitad de los 70. Son jóvenes cuya relación con la Iglesia ha sido escasa o nula y que no reciben ningún tipo de presión familiar -que sí sufrieron en muchos casos sus padres- para contraer matrimonio canónico. También son ajenos al concepto de unión para toda la vida que la Iglesia predica, como suele reiterar el sociólogo Javier Elzo.
Y eso es algo que preocupa, y mucho, a la jerarquía eclesial. En una entrevista concedida hace un año a este periódico, el cardenal Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal, reconocía de forma muy directa que uno de los efectos más negativos del proceso de secularización ha sido que la sociedad ve como normales los divorcios frente al concepto de matrimonio indisoluble sostenido por la Iglesia.
Precisamente los divorcios están también entre las razones del descenso de matrimonios canónicos. Un divorciado no puede casarse por la Iglesia -salvo en el caso infrecuente de aquellos cuyo primer matrimonio fue civil; ellos sí pueden optar por un enlace canónico para su segunda boda-, lo que reduce el número de candidatos. Resulta que la cifra de divorciados que se casan por segunda o tercera vez no es en absoluto desdeñable. El año pasado fueron 23.000 varones y 21.000 mujeres. Aunque en no pocas bodas ambos serían divorciados, es obvio que hay unas decenas de miles de matrimonios que no habrían podido ser canónicos por más que lo hubiesen deseado los contrayentes.
Distribución geográfica
Razones aparte, el decaimiento de las bodas por la Iglesia no se da manera uniforme a lo largo de la geografía española. Por comunidades autónomas, Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha tienen más enlaces religiosos. Por provincias, las más pobladas -con la excepción de Sevilla- cuentan con mayoría de bodas civiles. Y hay dos casos muy relevantes, los de Barcelona y Girona, que con el 79 y el 78% respectivamente se sitúan muy por encima en esta materia de la media de países tan laicos como Francia, donde están en torno al 70%.
Los registros de algunas provincias revelan la magnitud de los cambios: Cataluña siempre ha estado muy cerca de Europa en los indicadores sociales relativos a la familia -presenta también índices altos de divorcios, bajas de tasas de nupcialidad y un elevado porcentaje de hijos nacidos de parejas no casadas-, pero el País Vasco y Navarra, que hasta los años 70 registraban los niveles mayores de asistencia a misa y de vocaciones religiosas, están ya muy encima de la media española en cuanto a enlaces civiles.
Lo que revelan también las cifras cuando se examinan por comunidades autónomas es que no existe relación alguna entre la ideología política de sus habitantes y su comportamiento a la hora de elegir la forma de celebración de su boda. La Comunidad Valenciana y Madrid, con muchos años de continuas victorias electorales del PP, tienen porcentajes elevados de bodas civiles. Andalucía, la región con un voto históricamente más definido a la izquierda, es de las pocas con mayoría de matrimonios canónicos. El voto no parece tener vinculación alguna con los comportamientos de índole privada.
Fuente: www. diariovasco.com

lunes, 21 de noviembre de 2011

Los matrimonios más cortos de los famosos



Repasamos los divorcios exprés que más han dado que hablar por la corta duración del matrimonio y es que en algunos casos, el amor se termina tras la luna de miel.






Kim Kardashian ha sido la última que ha solicitado el divorcio después de 72 días casada con el jugador de baloncesto Kris Humphries, pero ella no es la única celebrity que ha pasado por el altar y al poco tiempo ha decidido que había sido un gran error.

Visto y no visto, ha sido ha sido el matrimonio de Kim Kardashian y Kris Humphries. La modelo presentaba el 31 de octubre la demanda del divorcio alegando ‘diferencias irreconciliables’ después de dos meses y medio como mujer casada. Un corto matrimonio que pasa a formar parte de la lista de las parejas famosas que se han divorciado incluso antes de que nos acostumbrásemos a verlos como marido y mujer.
  • Britney Spears y Jason Alexander: La cantante ostenta el puesto número 1 de esta particular lista. Tras contraer matrimonio en Las Vegas con un amigo de la infancia, Britney pidió el divorcio a las 55 horas. Un matrimonio que duró hasta que a la artista y a su fugaz marido se les pasó la borrachera…
  • Cher y Gregg Allman: Nueve días duró el matrimonio entre la cantante estadounidense y el músico quienes también eligieron Las Vegas para darse el ‘Sí, quiero’, tres días después de que Cher obtuviese el divorcio de Sonny Bono.
  • Carmen Electra y Dennis Rodman: Al igual que a Cher, a la vigilante de la playa tan sólo le duró nueve días su matrimonio con el jugador de la NBA quienes también se dieron el ‘Sí, quiero’ en… ¿adivináis dónde? ¡En Las Vegas!
  • Eddie Murphy y Tracey Edmonds: Su boda en Bora Bora en al año 2006 fue más simbólica y sin ninguna validez legal (ya que la pareja pensaba casarse por lo civil después) lo que les ahorró los papeles del divorcio que llegó dos semanas después de la celebración.
  • Drew Barrymore y Jeremy Thomas: Un poco más, en concreto 39 días, duró la relación conyugal de Drew con el empresario. La actriz se casó el 20 de marzo del año 1994 con tan sólo 19 años y el 28 de abril pidió el divorcio.
  • Nicolas Cage y Lisa Marie Presley: De agosto a noviembre de 2002, 108 días fue todo lo que duró el matrimonio entre Cage y Lisa Marie. Ni Nicolas, divorciado dos veces, ni la hija de Elvis, para la que este era su quinto matrimonio, parece que por entonces habían aprendido la lección de pensarse un poquito más el pasar por el altar.
  • Renée Zellweger y Kenny Chesney: Cuatro meses después de conocer al cantante de country, la protagonista del ‘El diario de Bridget Jones’ contraía matrimonio con su novio y cuatro meses después, la pareja solicitaba el divorcio.
  • Shannen Doherty y Ashley Hamilton: A los 22 años, la protagonista de ‘Sensación de Vivir’ se casaba con el también actor. Una relación que duró cinco meses y que no quitó las ganas a la actriz de pasar por el altar, ya que en 2002 contrajo segundas nupcias con Richard Salomon con quien duró nueve meses. Esperemos que con su tercer marido, el fotógrafo Kurt Iswarienko, con quien se casó el 15 de octubre, tenga más suerte.
  • Jennifer López y Cris Judd: Siete meses aguantaron juntos J.Lo, quien recientemente se ha separado de Marc Anthony, y el bailarín Cris Judd. Un matrimonio que se rompió debido a la infidelidad de la cantante con el actor Ben Affleck.


Breves pero intensos romances que terminaron con el matrimonio…


miércoles, 6 de julio de 2011

10 causas para la INAPETENCIA SEXUAL en el hombre





¿Tu chico no quiere sexo contigo habitualmente?, ¿te preocupa su inapetencia sexual?


Aquí os explicamos los 10 casos más frecuentes que pueden llevar a algunos hombres al “no gracias“.
 






Medicinas

Especialmente los antidepresivos (tipo SSRI) y las empleadas para reducir la hipertensión. Además de hacer descender el interés en la actividad sexual, estos fármacos pueden provocar disfunción eréctil.


Falta de sueño

Muy a menudo, cuando un hombre atraviesa la adolescencia y juventud, una oportunidad de tener sexo parece ser suficiente para renunciar al sueño. Esto es frecuentemente cierto cuando comienza una relación, pero a medida que las personas y las relaciones envejecen, el sexo puede perder su naturaleza de atracción y el descanso nocturno puede pasar a ser muy tentador.

Niveles hormonales

El estimulante fisiológico más importante para abrir el apetito sexual es la testosterona. Muchos hombres se hacen analizar erróneamente los niveles totales de testosterona en sangre cuando tienen bajones de líbido. A pesar de que se trata de una información que podría resultar interesante de cara a obtener un perfil completo de los niveles hormonales de un hombre, saber el nivel libre de testosterona es mucho más relevante para saber la cuantía de sexo que desea el individuo. Además, tener mucha prolactina y SHBG (globulina fijadora de hormonas sexuales) puede suprimir el deseo sexual. De modo que cuando se sospecha una razón hormonal, estos son los test sanguíneos que hay que realizarse (en orden de importancia): testosterona libre, prolactina, SHGB y testosterona total.


Problemas de identidad

Cuando los hombres se sienten inseguros sobre su papel en el mundo, su deseo sexual puede disminuir. La depresión puede estar relacionada con esto, pero no siempre. Las cuestiones de identidad pueden surgir cuando: tiene problemas en el trabajo o está sin trabajo, se enfrenta a la muerte de un miembro importante de su familia, pierde la fe acerca de una creencia anteriormente fuerte, y cuando se cuestiona su propia orientación sexual – por citar algunas.


Desconexión ante ciertos aspectos del sexo

Algunos hombres evitan cierto sexo en lugar del sexo en general, cuando éste no les llena. La falta de realización puede ser debida a cosas específicas que su pareja realiza durante el sexo, o al modo en que él experimenta el cuerpo de su pareja. Tal vez se sienta criticado o tratado de forma injusta. Tal vez simplemente le parezca “demasiado trabajo”. Podría ser que este hombre tuviera intereses sexuales que supiera que su pareja no está dispuesta a compartir.


Desacuerdos con su pareja

Cuando surgen las diferencias interpersonales entre los miembros de una pareja, muchos hombres evitarán el sexo o simplemente rechazarán los acercamientos de su pareja. Algunos castigarán a su pareja aplazando el sexo, pero para otros no se trata de una cuestión de castigo, simplemente no pueden tener deseo sexual cuando existen conflictos sin resolver.

                                                                             
 Estrés

El estrés llega de muchas maneras y puede surgir por: dificultades financieras, enfermedades personales o de miembros de la familia, retos laborales, dilemas paternos, y cuestiones que atañen a otros miembros familiares. Por supuesto, existen muchas más causas de estrés.


Masturbación que remplaza al sexo con la pareja

Este es un problema de candente actualidad desde la llegada de Internet. Parece, según sostienen algunos investigadores en este campo, que muchos hombres que no habían accedido a la estimulación sexual gráfica por otras fuentes (revistas, vídeos, películas) han encontrado un modo de localizar imágenes sexuales en la red. Para algunas parejas, esto puede ser un dilema, particularmente cuando la visualización de estas imágenes conduce a la masturbación, que más tarde puede provocar un menor grado de sexo en pareja. Para algunas personas, que suceda esto puede ser una bendición, pero en otras ocasiones puede ser una fuente de frustración y de desencuentro.


Miedo a la intimidad

Algunos hombres tienen relaciones con su pareja romántica que recuerdan a las fraternas. El grado de contacto que experimentan durante sus relaciones afectivas lleva a un nivel tan alto que si además añadiesen intimidad sexual, llegarían a experimentar una sobrecarga. Aunque es difícil imaginarse que una persona llegue a tener tanta intimidad, muchos expertos en sexo tienen la impresión de que esta es una causa muy común del decline de la frecuencia del sexo en las parejas.


 Dificultades en la función sexual

Muchos hombres que sufren disfunción eréctil o creen que eyaculan demasiado pronto – o demasiado tarde (si es que llegan a eyacular), evitarán tener sexo con su pareja. En lugar de encarar lo que sienten como otra experiencia de “fracaso” en una cultura obsesionada con el rendimiento, estos hombres deciden evitar completamente el sexo.


martes, 22 de marzo de 2011

LA PRIMAVERA LA SANGRE ALTERA ¡ENAMÓRATE EN PRIMAVERA!

La primavera nos altera a todos: a los pájaros, a las plantas y a las personas; El refranero, que es muy sabio y se basa en la experiencia, tiene razón: La primavera, la sangre altera.

La primavera "ánima más, lo que hace es mejorar el carácter, las ganas y animar a salir, a relacionarse. Llega un momento en que la ropa te empieza a sobrar y eso conlleva una mayor predisposición a las relaciones sociales y evidentemente a las sexuales”, manifestó Iván Rotella Arregui, portavoz de la Asociación Estatal de los Profesionales de la Sexología (AEPS) de España.

Por esa razón, entre otras, Rotella es categórico al afirmar que el refranero acierta en este caso “al cien por cien”, ya que la primavera y el despertar de la naturaleza, así como de los instintos más animales, trae consigo además “más deseo y más enamoramiento”.
La primavera ya está en el aire y su llegada influye en las conductas cotidianas de hombres y mujeres.

Sociólogos, psicólogos y médicos aseguran que no sólo trae enamoramientos, euforia y alergias, también hace que la gente funcione de otra manera al influir en los ritmos biológicos del cuerpo.

Las causas son múltiples: desde el aumento de la radiación solar y los cambios meteorológicos que afectan la producción de ciertas hormonas, hasta la polinización de las flores y la sociabilidad más abierta a nuevas relaciones humanas. Pero los mismos expertos advierten que el hombre es una combinación de naturaleza y cultura, es decir, que las conductas humanas no son puramente instintivas.

La primavera comienza el 21 de marzo, momento del equinoccio primaveral, cuando el día iguala a la noche.

Precisamente por ello, durante los seis meses siguientes la luz del día será quien domine en nuestras vidas: los días se alargan, y con ello las horas de sol. La primavera es sinónimo de amor... muchos animales se aparean en esta época...es una estación donde todo crece y se multiplica.

Florecen las flores, las hormonas, las endorfinas se liberan; dejamos atrás el frío del invierno, las personas cambian su fondo de armario, y se visten con menos ropa, hay más cosas a la vista y esto nos hace menos inhibidos, se disfruta más que en otras estaciones, se sale más y todo el mundo pareciese que está más alegre, hay más actividades al aire libre, más entretenimientos y se puede decir que la primavera representa el amor, en todas las culturas se presenta así, por el cambio de clima, las flores que se regala a los enamorados.....

Es la época de renovación en que la Naturaleza se rejuvenece tras estar dormida con los elementos del invierno...

La palabra cultura viene de cultivar la tierra. El mito de la primavera como un tiempo donde todo renace y la gente se enamora, tiene una base histórica real que nos viene de las sociedades agrarias donde había una relación estrecha con la naturaleza. La tierra debía dar sus frutos y las mujeres, hijos.


La importante socióloga Lipszyc agregó: "En nuestras sociedades urbanas, el mito permanece de otra manera, pero sigue habilitando un tiempo en que nos damos más permisos para relacionarnos con los demás porque eso está socialmente aceptado. Los bailes y picnics, los antiguos desfiles de carrozas con reinas de la belleza, remiten a aquel mito de la primavera como tiempo del amor".

Experto en ritmos biológicos, el médico Daniel Cardinali explicó que la especie humana tiene un calendario biológico que va variando con las estaciones del año. Este calendario funciona con estímulos hormonales.

Cualquier variación en el nivel de hormonas como la melatonina, segregada durante la noche en el cerebro  por la glándula pineal,  provoca cambios en la actividad sexual, la emocionalidad, las ganas de comer, el sentido del olfato y las frecuencias de sueño.

Cardinali destacó que como en primavera hay menos horas de oscuridad, varía la producción de melatonina y eso trae otras respuestas físicas y emocionales. Entre esos cambios, Cardinali recalcó que el individuo discrimina mejor los aromas que lo atraen y esto tiene efectos en su sexualidad.

Está comprobado que en primavera aumenta la actividad sexual, entre otros motivos por la feromona, otra hormona. 

Apoyándose en los últimos desarrollos de la fisiología del cerebro, el psiquiatra Alexander Lyfordpyke aseguró: "en primavera hay cambios en el área cerebral conocida como sistema límbico, que regula los estados de ánimo y la voluntad. Hay gente que se pone más eufórica, hiperactiva, mientras otros se deprimen".

En este sentido, Lipszyc opinó que en las sociedades urbanas de fin de siglo cada vez más, la gente vive en soledad, aislada por la tecnología. Pero la primavera permite una sociabilidad más abierta, que es muy necesaria. Más estímulos, según el sexólogo León Gindín, el clima más cálido favorece la actividad sexual, esto está estudiado científicamente en países tropicales. Además en primavera las mujeres usan menos ropa y los hombres son más sensibles al entorno, responden mejor a los estímulos visuales. 

Dicen que el joven es el verdadero protagonista de la primavera, pero lo cierto es que en todas las personas se producen cambios hormonales importantes durante esta época del año. Además, el deseo sexual despierta con más fuerza, en esta temporada.

Para la licenciada Alejandrina Román de Giro, consejera sexual y especialista en sexología clínica y miembro del Cepas (Centro de Educación Pareja y Asistencia a la Sexualidad) en Mendoza, "el deseo sexual humano se origina en una parte primitiva de nuestro cerebro, el hipotálamo. Allí se producen complejas conexiones y reacciones de elementos químicos segregados por el cerebro, éstos estimulan las gónadas para que segreguen andrógenos, principalmente testosterona y estrógenos, en especial estradiol".

Hay estudios importantes, que hablan de un incremento del deseo en los cambios de estación, hecho que se produce con mayor frecuencia en primavera. Es la estación en donde se produce un aumento de la testosterona y esto determina un mayor apetito sexual de todos los seres, no sólo de los humanos.

Popularmente, cada vez que llega la primavera y que ésta se “asienta” entre nosotros, se dice que “la sangre altera”, sobre todo después de un invierno frío en que la persona tiende a sentirse algo más triste o melancólica, incluso inconscientemente.

En este sentido, muchos psicólogos y sociólogos coinciden en señalar que la primavera no sólo trae nuevas relaciones de pareja, euforia, alegría e incluso las conocidas como alergias primaverales.

Al final va a ser cierto que "La primavera la sangre altera" y es que, casi la mitad de la población española asegura que cuando más le gusta enamorarse en la estación en la que nos encontramos actualmente. 
De esta manera el 40% de las personas de nuestro país considera la primavera como el momento "perfecto" para iniciar un romance, pues aseguran que la llegada del buen tiempo tiene "especial influjo" en sus conductas amorosas, según un estudio de Harris Interactive.
Que la primavera la sangre altera, es uno de esos dichos populares que la ciencia se ha encargado de validar, un periodo en el que el cuerpo responde mejor a los estímulos, incluidos los sexuales.
 
Psicólogos, sociólogos, médicos y, por su puesto, sexólogos son unánimes al afirmar que el acerbo popular, al menos en lo que se refiere a ese refrán, tiene base científica. 



lunes, 21 de febrero de 2011

VIVIR EN PAREJA: una prueba para ellos y una vía hacia el matrimonio para ellas

De acuerdo con el estudio de la Universidad de Michigan, las mujeres conciben el hecho de irse a vivir con su pareja como un "arreglo", una situación temporal que precede a otra etapa de mayor compromiso: una suerte de antesala del matrimonio o de la unión formal.



Vivir en pareja no significa lo mismo para los hombres que para las mujeres ya que mientras ellos creen que estar bajo el mismo techo es una "prueba" que determinará la viabilidad de la relación, para ellas es más bien una transición hacia el matrimonio, de acuerdo con un estudio.


Aunque compartir casa es una decisión de dos, las implicaciones de este paso vital divergen en función del género, según se desprende de un estudio de la Universidad de Michigan (EE.UU.) sobre cohabitación, publicado por la revista Diario de Asuntos Familiares.

La investigación se basó en entrevistas personales y sesiones de grupo en las que participaron un total de 192 personas con edades comprendidas entre los 25 y los 30 años, con idénticas proporciones de hombres y mujeres, así como étnicas.

De acuerdo con el estudio, las mujeres conciben el hecho de irse a vivir con su pareja como un "arreglo", una situación temporal que precede a otra etapa de mayor compromiso: una suerte de antesala del matrimonio o de la unión formal.

Por el contrario, los hombres se plantean dar el salto a la vida en pareja como una manera de probar "con poco riesgo" si la relación tiene o no futuro.

Pero no sólo el planteamiento varía entre ellos y ellas, sino que las razones para emprender una vida en común tampoco son las mismas: los hombres lo relacionan más con el "sexo", mientras que ellas prefieren hablar de "amor".
La mayor disparidad de criterios llega a la hora de hablar de las desventajas de la vida en común. Para los hombres, representa una cortapisa a su libertad, mientras que las mujeres lamentan que no signifique un compromiso tan fuerte como el matrimonio.


martes, 26 de octubre de 2010

ESPAÑA REGISTRA DOS DIVORCIOS POR CADA TRES MATRIMONIOS Y AÚN ASÍ NO DISMINUYE LA BÚSQUEDA DEL AMOR

España está a la cabeza de Europa en crecimiento de rupturas de pareja: un 205% en la última década. Cada día se deshacen 2.761 uniones.




Una década de rupturas

Lo datos dicen que en Europa se produjeron a lo largo de una década (1998-2008) algo más de diez millones de divorcios, casi el 80 por ciento (ocho millones) de ellos en los países que pertenecen a la antigua UE de los Quince. Es decir, sólo dos millones de rupturas (el 20 por ciento del total europeo) se dieron en los doce Estados de la ampliación, que han entrado en la UE en los años más recientes y que ahora tienen que realizar un esfuerzo para llegar al nivel de desarrollo de los primeros. En estos parece que todavía perduran las costumbres de toda la vida: el matrimonio hasta el fin de los días. Habrá que esperar unos años para comprobar si estas nuevas naciones también adquieren los hábitos y tendencias sociales de los Estados más antiguos de la Unión en ámbitos tan privados como la familia y la pareja.
Y de los 27, hay un caso que destaca de forma espectacular en esos diez años: España, donde los divorcios casi se han triplicado en una década. De los 36.072 que se producían en 1998 a los 110.036 que se han dado en 2008. Somos el país de la gran Europa donde más han crecido las rupturas matrimoniales, hasta tal punto que nuestros divorcios y separaciones representan el 58% de todos los que se producen en la UE al año. En nuestro país, por cada tres uniones que se forman se deshacen dos.
Una triste realidad que también ocurre en Bélgica y Hungría. Sin embargo, en otros países la tendencia ha sido la contraria: Reino Unido, Alemania, Países Bajos y Finlandia han visto disminuidas sus rupturas.


Caída de la nupcialidad

En cualquier caso, ante este panorama, son muchos los que reclaman mayor protección para la familia. El propio presidente del IPF, Eduardo Hertfelder, explicó que este informe «habla de miles de tragedias personales, familiares y sociales ante las que no es legítimo seguir pasivos, suponiendo un reto prioritario tanto para la sociedad en general como para las administraciones, porque cada familia que se ve abocada al divorcio debe considerarse un fracaso de la Administración y de la sociedad por no haberla sabido o querido ayudar».


Y es que el matrimonio sufre una doble amenaza. Ya no sólo se trata de que, llegado el momento, las parejas decidan romper y no aguantarse más. Sino que cada vez son menos los que desean iniciar su convivencia bajo el paraguas que proporciona esta institución. Es decir, cada vez se casan menos europeos. Y esto también tiene una marcada tendencia en todo el continente. En concreto, cada año hay 725.000 matrimonios menos, lo que ha provocado una caída de la tasa de nupcialidad de 6,75 (1980) a 4,87 (2007), a pesar del aumento de la población.


        Casados y solteros

Todo ello está modificando la estructura de la sociedad. Lógicamente hay más divorciados (3%) y menos casados (4%). Ahora la población europea se distribuye de la siguiente forma según su estado civil: los que han contraído matrimonio siguen siendo el mayor grupo (44,3 por ciento); seguido por el colectivo de los solteros (42,3); luego están los viudos (7) y, por último, los divorciados y separados (6,4).


Fuente: www.abc.es


Sorprende que ante tal panorama, el ser humano siga buscando pareja una y otra vez, las veces que sea, esto es, da igual que el matrimonio anterior haya fracasado, no importa, de los errores se aprende y miles de solteros, separados, divorciados y/o viudos continúan con su búsqueda incesante del amor.