miércoles, 3 de agosto de 2011

¿Sabes decir TE QUIERO?

¡A eso se le llama amor! A excepción de un pequeño detalle, ¿cuándo va a decidirse a decirte «¡te quiero!?». Detrás de esta declaración de amor universal, tan esperada, o tan temida, se esconden metas, expectativas y también reticencias. El primer «te quiero» es un verdadero punto de inflexión en la relación amorosa y está muy lejos de ser algo anodino. «Al decirlo, nos entregamos por completo a la relación amorosa», explica la psicóloga clínica Rose-Marie Charest.

A partir de entonces, podemos comenzar a construir conscientemente algo juntos. Más allá de su valor romántico, el «te quiero» supone de forma indiscutible el fin de la fase de exploración y el paso hacia la etapa del compromiso. 

 

El gran desafío que representa el «te quiero»

El primer «te quiero» no se debe al azar. Ni mucho menos. Ya llegue en un murmullo o a gritos, o que se te haya escapado producto de la emoción, o se haya estado madurando durante mucho tiempo… Estas dos palabras tan encantadoras implican de entrada un compromiso, que además es a largo plazo. Y al que se añade en la mayoría de los casos una promesa de exclusividad. ¡Así es! No decimos «te quiero» si pensamos que también queremos a nuestra vecina o a ese desconocido que vimos en el tren… De ahí la importancia de no hacerlo a la ligera. Es mejor que sea verdadero. Para Rose-Marie Charest, «exige una capacidad de integración, es el resultado de un yo que ama al otro con todo lo conlleva». Es la piedra angular de la relación amorosa, el «te quiero» dice mucho sobre lo que la otra persona está dispuesta a hacer por ti.

 

¡Qué difícil es decir «te quiero»!... Los miedos inconscientes

A él le encanta tu madre, ella soporta tus calcetines tirados en medio de la habitación… Entonces, ¿por qué el «te quiero» se hace rogar? Para algunos es lisa y llanamente una prueba, incluso un obstáculo insalvable. Como si inconscientemente hubiera un conflicto entre sus aspiraciones y sus miedos, los cuales pueden adoptar diferentes formas. Decir «te quiero» puede despertar, en primer lugar, el miedo al compromiso. Causa: «al declarar nuestro amor, nos comprometemos a elegir y, por tanto, a renunciar», explica Rose-Marie Charest. Junto con la posibilidad de perder la libertad. Un valor más que en alza en la actualidad. Otras causas más comunes podrían ser: la dificultad para confiarse. Lo que supone en algunos casos, el miedo a perderse en la relación. E incluso la angustia de no estar a la altura de las expectativas del otro. Unas expectativas que, como bien sabemos, corren el riesgo de no cumplirse, una vez que se ha dicho el «te quiero». Porque lo que está claro es que no basta con decir «te quiero». 

 

Dificultades para expresarse o ¡error en la persona!

Los obstáculos que encontramos para expresar el amor son numerosos. A este respecto, puede existir una verdadera dificultad para expresar los sentimientos. En especial, para los hombres. Sin embargo, aunque exija un esfuerzo, decirlo es importante. «En el marco de una relación amorosa, es completamente legítimo esperar un te quiero», recalca Rose-Marie Charest. Hacer llegar el mensaje, sin que constituya un acoso puede dar sus frutos. En todo caso, siempre se ha de tener en cuenta la diferencia de nuestras formas de expresión, que sigue siendo un asunto pendiente. 

En definitiva, si el ansiado «te quiero» nunca llega, puede deberse a que la persona no lo siente. Muchas personas, especialmente las mujeres, pierden la ilusión esperando un «te quiero» que nunca llega, pero aun así se convencen a sí mismas de que la otra persona está enamorada. ¡No siempre es así! Aunque algunas personas tengan dificultades para expresar sus sentimientos, otras, en cambio, hacen gala de una indiferencia absoluta, pero después de todo es una indiferencia absolutamente real. Para nuestra especialista: «podemos mantener una relación por otras razones que no sean el amor, como un deseo sexual, o el miedo a estar solos…». En tales casos, hay que rendirse a la evidencia…

 

Los «te quiero» a tutiplén

En cambio, también hay personas que utilizan el «te quiero» con gran facilidad, demasiada tal vez. Cuando esta declaración, con apariencia de juramento, se repite, a veces sin emoción y sin los gestos propios del momento, podemos empezar a plantearnos ciertas cosas. ¿Qué se esconde tras esas palabras? «Puede estar expresando la necesidad de oír un «te quiero» en respuesta, lo que esconde una forma de inseguridad », responde Rose-Marie Charest. Hay que ser capaces de asimilar el amor recibido, sin estar todo el tiempo a la espera de una confirmación permanente. Por otro lado, si lo repetimos tanto, podemos llegar a trivializar los sentimientos o a crear tensión. Rose-Marie Charest es categórica: «¡El amor no debe declararse a condición de que él te responda lo mismo o que ella se exponga sin reservas a tus fantasmas!».

Al decir «te quiero», esperamos que dé comienzo nuestra relación amorosa soñada. Las palabras tienen un poder real, pero no pueden por sí solas descubrir el misterio que representa cada uno de nosotros. Más aún cuando entre nosotros, independientemente de las crisis por las que pase la pareja, el «te quiero» representará sin duda el día más bonito de nuestras vidas. Así que olvidemos la presión. ¡Sin expectativas se ha dicho!


Fuente:yahoo.es

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