Dolor de cabeza, tensión nerviosa, ansiedad, insomnio, decaimiento y aparente estrés al regreso de un periodo estival son los síntomas del llamado “síndrome postvacacional”. Esta apatía exagerada al regresar a la vida laboral ocurre sobre todo cuando los intervalos de desconexión del trabajo son largos y cuando aumenta la intensidad de la convivencia familiar durante dos o más semanas. Suele afectar a personas de entre 25 y 40 años. El rendimiento de los trabajadores disminuye durante las semanas posteriores a la reincorporación a la vida laboral.
No obstante, los expertos afirman que no es una enfermedad, y que no se puede hablar propiamente de “síndrome postvacacional”, y mucho menos de “depresión postvacacional”. La vuelta al trabajo después de las vacaciones es, simplemente, una dificultad más de la vida que requiere adaptarse a una realidad que no siempre concuerda con las expectativas.
En cualquier caso, para evitarlo o minimizarlo, los especialistas recomiendan mantener una actitud positiva, dedicar tiempo para el ocio diario, incorporarse a la rutina laboral de forma paulatina, y, en caso de poder hacerlo, dividir las vacaciones en dos.
No obstante, los expertos afirman que no es una enfermedad, y que no se puede hablar propiamente de “síndrome postvacacional”, y mucho menos de “depresión postvacacional”. La vuelta al trabajo después de las vacaciones es, simplemente, una dificultad más de la vida que requiere adaptarse a una realidad que no siempre concuerda con las expectativas.
En cualquier caso, para evitarlo o minimizarlo, los especialistas recomiendan mantener una actitud positiva, dedicar tiempo para el ocio diario, incorporarse a la rutina laboral de forma paulatina, y, en caso de poder hacerlo, dividir las vacaciones en dos.
Fuente: www.muyinteresante.com
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