No es casual que después de las vacaciones una gran parte de las parejas pongan punto y final a su relación.
De hecho, son los meses de septiembre y octubre cuando más aumentan los divorcios y las separaciones, después de convivir muchas horas seguidas con el cónyuge.
Ni contigo ni sin ti. Ése parece ser el lema de la parejas en verano. Un año de reproches porque apenas tenéis tiempo para estar juntos y, cuando por fin podéis disfrutar de unos días de relax, un fatídico enemigo sobrevuela el techo del amor: son las crisis estivales. Veinticuatro horas al día con 40 grados a la sombra es demasiado para lo que estáis acostumbrados.
El problema se refleja en las estadísticas. “Una de cada tres separaciones en España se produce tras el verano”, según el informe sobre la Evolución de la Familia, del Instituto de Política Familiar.
Los conflictos, ocultos bajo la ajetreada jornada invernal, afloran durante el tiempo de ocio ya que “la convivencia aumenta y el espacio se reduce, lo que supone un mayor roce entre las parejas”, asegura Luis Zarraluqui, presidente de la Asociación Española de Abogados de Familia.
A pesar de esto, las vacaciones no vienen mal a todas las relaciones de pareja. Para muchos individuos, los meses estivales suponen una oportunidad para enriquecer sus relaciones sexuales y recuperar la libido perdida por el estrés laboral y las preocupaciones del resto del año.
A pesar de esto, las vacaciones no vienen mal a todas las relaciones de pareja. Para muchos individuos, los meses estivales suponen una oportunidad para enriquecer sus relaciones sexuales y recuperar la libido perdida por el estrés laboral y las preocupaciones del resto del año.
Lo que está claro es que algunos problemas, aparentemente sin importancia como los domésticos, se ensalzan durante las vacaciones y repercuten en las relaciones de pareja a todos los niveles.
Consejos durante las vacaciones para prevenir un posible fracaso:
- Siempre hay que cuidar a la pareja.
- Hay que dialogar e intentar restar importancia a los conflictos.
- Compartir tareas agradables.
- Respetar los deseos de cada miembro. La libertad de actuación es fundamental.
- Compartir las responsabilidades.
- Negociar es fundamental para que ninguno de los miembros se vea sobrecargado.
- Disfrutar del tiempo que tenemos para estar juntos.
Lo fundamental es entender que las vacaciones son un descanso merecido para cada miembro de la familia y ser felices debe ser el objetivo fundamental.
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